Durante los últimos tres años, hemos sido testigos del “fenómeno” más inexplicable del que se tenga registro histórico: una pandemia que combate un virus que no se puede individualizar y experimenta con cientos de millones de seres humanos en todo el mundo, sin responsabilidad alguna para los laboratorios ni los Estados de los países que se han prestado para comprar estas inyecciones y aplicarlas con brutal fuerza moral sobre la población. Han implantado toda clase de restricciones y supresión de libertades y derechos de los ciudadanos, con nulo progreso. Excepto por aquellos Estados que han tenido una actitud más científica y menos política: Suecia, Japón, Texas y Florida (estos últimos, estados republicanos en USA).

Los impactos ya son absolutamente comparables a los que genera una gran guerra mundial.

Curiosamente, la actual guerra del Sars-cov2; hasta los Senadores republicanos han empujado una legislación para responsabilizar a los funcionarios chinos por el COVID-19[1].

Incluso, existen evidencias de que en el transcurso de muchos años se fue organizando el escenario de hoy. Por ejemplo, una filtración de Wikileaks, de 2009[2]; acusando a la ex Secretaria de Estado H. R. Clinton, de haber enviado una alerta masiva a varios países miembros del “Grupo de Australia”. También se hizo mención de un escenario idéntico al que hoy padece la población mundial, en el reporte de la Fundación Rockefeller de mayo de 2010[3].

Parece que los estados de catástrofe a gran escala, requieren de cierta preparación con tiempo y recursos de toda clase. Algo así como “ciertos ejercicios de coordinación global”.

Desde nuestro retorno, hemos venido advirtiendo sobre el “Gran Reinicio[5]” (GREAT RESET, libro publicado por  el director fundador del Foro Económico Mundial[6]). Este reinicio se narra como la gran oportunidad de la especie humana para cambiar todo y adaptarse a una agenda que “salve al planeta del colapso” por el cambio climático, adaptando a los países al la denominada “Cuarta Revolución industrial[7]” (que, curiosamente, también forma parte de la generosa autoría del señor Shwab).

Se supone que esta magnífica oportunidad que brinda el Sars-cov2 (también llamado virus del partido comunista chino), se acopla perfecta y circunstancialmente a la “Agenda por los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de la ONU[8]“.

Un punto fundamental para entender el presente artículo, consiste en comprender el alcance del EVENTO 201[9]; porque tuvo la particularidad de pasar desde un “simple ejercicio” de un posible ataque de un virus a nivel mundial (en un futuro incierto) a tomar cuerpo, en el curso de dos meses durante fines de 2019.

El factor común del EVENT 201 y el Cyber Polygon 2021 está en el mismo WEF[10], organismo “coordinador” de la simulación del cyber ataque.

Luego, el rol de WEF presenta una amenazante predicción para el corto plazo.

Hace unas semanas, publicamos el “Gran sin sentido del GREAT RESET[11]” (que recomendamos mucho su lectura) para profundizar sobre el fondo de lo que el Cyber Polygon puede significar.

Penosamente, hemos ido corroborando que las piezas narrativas del llamado corona virus, no calzan de modo lógico. Por mucho que la prensa, gobiernos y la “big tech”, insistan como martillos golpeando el clavo del virus, las muestras razonables de lo que sucede, no se ajustan a la narrativa que ya es un asunto de ejercicio de “fuerza moral” contra ciudadanos que son dominados bajo estado de miedo permanente.

La  campaña de supresión coordinada de las plataformas de Big Tech, desde YouTube hasta Facebook y Twitter, han buscado socavar o destruir cualquier hecho, dato y opinión que sea contraria a la narrativa del gobierno sobre covid. Incluso si la narrativa oficial sobre covid termina siendo completamente incorrecta.

La estrategia ejecutada fue detallada durante el Evento 201 y se realizó con extrema eficiencia entre corporaciones y gobiernos, supuestamente desconectados de todo el mundo. Es tan específica y precisa, que es casi como si supieran que una pandemia de corona virus estaba a punto de suceder, y ya estaban preparados para controlar la reacción emocional y mental del público, con mucha anticipación. Nunca se había visto tanta previsión, quizá en la historia conocida de la humanidad.

Cita textual de la descripción del video promocional del EVENT 201:

En octubre de 2019, los participantes en un ejercicio de respuesta a una pandemia llamado Evento 201 se enfrentaron a un escenario hipotético para probar la preparación del mundo para un brote de enfermedad viral.

Después del surgimiento de la pandemia de coronavirus, el Centro Hopkins de salud pública de John emitió la siguiente declaración:

En octubre de 2019, el Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud organizó un ejercicio de mesa sobre la pandemia llamado Evento 201 con sus socios, el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates. Recientemente, el Centro para la Seguridad de la Salud ha recibido preguntas sobre si ese ejercicio pandémico predijo el brote actual del nuevo coronavirus en China. Para ser claros, el Centro para la Seguridad de la Salud y sus socios no hicieron una predicción durante nuestro ejercicio de mesa. Para el escenario, modelamos una pandemia de coronavirus ficticia, pero declaramos explícitamente que no era una predicción. En cambio, el ejercicio sirvió para resaltar los desafíos de preparación y respuesta que probablemente surgirían en una pandemia muy grave. Ahora no estamos prediciendo que el brote de nCoV-2019 matará a 65 millones de personas. Aunque nuestro ejercicio de mesa incluyó un nuevo coronavirus simulado, las entradas que usamos para modelar el impacto potencial de ese virus ficticio no son similares a nCoV-2019.

También, por curiosa coincidencia, los socios corporativos del Foro Económico Mundial han sido los principales beneficiarios durante la pandemia. Como el director del WEF, Klaus Schwab, ha señalado con entusiasmo una y otra vez, la  pandemia es una “oportunidad” perfecta[14]  para que los globalistas aceleren lo que llaman la agenda del “Gran Reinicio”: un plan para desmantelar por completo el marco político y económico actual y reconstruirlo en una civilización pro socialista, altamente centralizada, en la que los mismos socios del WEF tienen el control total y la libertad personal es un recuerdo prohibido.

Es por eso que  las revelaciones recientes[15]  sobre los probables orígenes de laboratorio del virus no son en absoluto sorprendentes. Solo mencionar esta idea hace un año en las redes sociales fue suficiente para que borraran una cuenta en casi toda red social. Y, si quiere saber dónde encontrar la verdad, siempre mire primero a los temas que no está autorizado a discutir. Como dije en mi artículo  ‘Cómo la pandemia viral beneficia a la agenda globalista’[16] , publicado en enero de 2020 al comienzo del brote:

El esquema ciertamente ha funcionado hasta cierto punto. En gran parte de Europa, Asia y Australia, el WEF está obteniendo lo que siempre quiso.

Dicho esto, algunas cosas no salieron según lo planeado. Por ejemplo, el Evento 201 predijo la muerte inicial de 65 millones de personas durante el primer año de la pandemia; esto no sucedió, y no fue porque los gobiernos salvaron vidas. De hecho, los cierres y restricciones gubernamentales no hicieron nada para evitar la propagación del covid y estudios independientes han demostrado que los mandatos de máscara son completamente ineficaces para detener el virus[18]. La razón del recuento de cuerpos comparativamente pequeño es el hecho de que la tasa de muerte de Covid es solo del 0,26%[19] entre las personas por lo demás sanas. El único lugar donde el uso de covid es una verdadera amenaza es en los hogares de ancianos entre las personas mayores con afecciones preexistentes.

Debido a los errores de cálculo de las élites, la agenda de reinicio parece estar fallando en algunas partes del mundo. En los EE. UU., La resistencia a los cierres cerrados, así como a las vacunas experimentales, ha crecido exponencialmente hasta el punto de que decenas de estados están aprobando leyes que prohíben la aplicación de restricciones de covid y “pasaportes médicos”.

Los medios alternativos también han demostrado ser resistentes contra la censura y la supresión de información, y se ha demostrado que tenemos razón una y otra vez. Fuimos las primeras personas en advertir que la tasa de mortalidad del covid estaba siendo exagerada (la OMS y otras instituciones establecidas predijeron una tasa de mortalidad de al menos el 3%, MUY por encima de la realidad). Fuimos las primeras personas en advertir que los cierres y las reglas de enmascaramiento no hicieron nada para detener la propagación (los estados que eliminaron las restricciones terminaron con CAÍDAS de infecciones y muertes). Y, fuimos las primeras personas en advertir que el virus se estaba comportando más como un arma biológica, y que su origen era más probable en el laboratorio de Nivel 4 en Wuhan, China, justo al final de la calle del mercado de animales que el gobierno chino originalmente afirmó que era la fuente del brote.

También fuimos las primeras personas en advertir que la pandemia se utilizaría como un motivo para la aplicación de los pasaportes de vacunas, lo que crearía una sociedad de dos lagrimas diseñada para obligar a las personas que no quieren tomar las vacunas de ARNm a cumplir. Se nos ha demostrado que tenemos razón una vez más, ya que el estado de Oregon[20] se ha convertido en el primero en los EE. UU. En exigir un comprobante de vacunación (un pasaporte) antes de que los residentes puedan ingresar a cualquier negocio o establecimiento.

Los burócratas del gobierno y los medios de comunicación nos han llamado constantemente “teóricos de la conspiración” a lo largo de este evento. Pero teníamos razón en casi todo, y los principales medios de comunicación se han equivocado en casi todo. O eso, o han estado mintiendo a sabiendas sobre casi todo.

Es importante comprender esta dinámica porque la situación estaría lejos de terminar y se estarían preparando más eventos de crisis (o sucederán mágicamente por coincidencia[21]).

Con estos antecedentes, el próximo ejercicio ‘Cyberpolygon[23]‘ que encabezará el WEF en julio de 2021; adquiere una relevancia de máxima alerta. El juego de guerra está destinado a “simular” un ataque cibernético a la infraestructura vital que llevaría a un cierre de la cadena de suministro global, o al menos de las cadenas de suministro dentro de ciertas naciones.

Si la agenda del covid se está desmoronando en USA y los pasaportes “sanitarios” no están ganando la aprobación de los estadounidenses, los globalistas necesitarán otra crisis, incluso si esperan lograr sus objetivos para su Gran Reinicio.

Cabe recordar el reciente ataque cibernético masivo que afectó al Oleoducto Colonial[24] de 5.500 millas. El gasoducto suministra gasolina a la mayor parte de la costa este de USA y después de una semana de cierre, numerosos estados informaron escasez de gasolina. Desde entonces, la historia se ha desvanecido silenciosamente de los titulares de los grandes medios masivos.

Las alertas contínuan, porque otro ciberataque importante contra JBS[25], una empresa cárnica que suministra alrededor del 23% de toda la carne de res y cerdo de EE. UU. La producción en JBS se ha cerrado y ahora existe la posibilidad de escasez de carne en todo el país si los problemas no se resuelven pronto.

¿Es solo una coincidencia que estos ciberataques a gran escala estén ocurriendo con mayor frecuencia en el período previo a una simulación de Cyberpolygon del WEF? ¿O es Cyberpolygon otro Evento 201? ¿Es una prueba beta para un desastre que está planificada para el futuro cercano? El WEF está comparando abiertamente futuros ciberataques con brotes de covid,. No lo decimos como teoría de conspiración, el mismo WEF lo está diciendo explícitamente:

Debido al cambio radical en las condiciones de trabajo, los ataques cibernéticos y el fraude de datos ahora ocupan el tercer lugar entre las mayores preocupaciones de los líderes empresariales, como se informa en el COVID-19 Risks Outlook del Foro Económico Mundial. La probabilidad de actividad cibernética maliciosa es aún más preocupante si se tiene en cuenta que el 53% de las empresas nunca han realizado pruebas de estrés en sus sistemas, según una encuesta de CNBC.

El WEF se encarga de colocar el tema[27] arbitrariamente:

Este año, las discusiones durante la conferencia transmitida en vivo se centrarán en el desarrollo seguro de los ecosistemas. Con la digitalización global cada vez más acelerada y las personas, las empresas y los países cada vez más interconectados, la seguridad de cada elemento de una cadena de suministro es cada vez mayor.

clave para garantizar la sostenibilidad de todo el sistema.

Durante el ejercicio técnico, los participantes perfeccionarán sus habilidades prácticas para mitigar un ataque dirigido a la cadena de suministro en un ecosistema corporativo en condiciones reales.

La cadena de suministro ha ganado protagonismo desde el inicio de la pandemia, porque los minoristas han tenido que lidiar con escasez intermitente y los fabricantes se enfrentan a una falta de insumos y materias primas. Además de los problemas inflacionarios, que también están afectando la oferta en las industrias.

Así, un “cyber attack” es una sádica amenaza, dado que si el probable evento es real, la cadena de suministro es un objetivo frágil, debido a la interdependencia internacional. En todos los países, en mayor o menor grado, hay múltiples necesidades que dependen de productores extranjeros y/o del sistema de transporte “justo a tiempo”. La distribución y el almacenamiento físico de logística internacional de largo plazo, no forman parte de la cultura del grueso de la población. Por lo que una vulneración de los sistemas informáticos no solo sería un acto de terrorismo, sino que sería un intento por exterminar a grandes volúmenes de población sin abastecimiento de productos básicos para la vida.

Más aún, si una tragedia de dicha envergadura se combina con la inflación y las restricciones del virus (con su variante de moda), es posible interrumpir el flujo de mercancías por semanas. Tampoco se puede saber si las personas personas están preparadas para tal tragedia.

Así como la WEF advierte de su ejercicio Cyber Polygon, los ciudadanos pueden tomar ventaja de este anuncio, tomando las respectivas decisiones de mitigación de daños.

Permanecer atentos a los hechos que afecten a la cadena de suministro en los dos meses posteriores al ejercicio Cyber Polygon del WEF en julio 2021.