El rechazo hacia la agenda globalista, es verdaderamente una respuesta que se involucra con alta sofisticación, frente a las graves amenazas que los medios de comunicación, colegios, universidades, centros de estudios denominados “think tanks”; entre muchos otros lugares que se han vuelto ordenadamente para trabajar con disciplina y dedicación, martillando de todas las formas imaginables con los objetivos de la agenda 2030.
Sin duda, la humanidad se encuentra inmersa en un escenario de “Guerra Fría”, en una guerra global de cuarta generación, donde se lucha casa por casa; barrio por barrio; cabeza por cabeza.
En la actualidad, las personas (virus del partido comunista chino mediante) se están enfrentando en variados campos de batalla, combatiendo por las ideologías que se quieren imponer a la fuerza, en gobiernos, congresos, universidades, organismos globales, organizaciones de corporaciones; multinacionales; etc. Esta guerra se está librando tanto visual como mentalmente, hasta en los más mínimos detalles del quehacer de la persona. Las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
En la medida que la lucha avanza, se ponen en riesgo las libertades y derechos de las personas, desde antes de nacer y hasta para morir.
Se supone que “estamos bajo un estado de excepción” derivado de una “brutal pandemia” que puede dejar cientos o miles de millones de muertos. Incluso se están inyectando a la población diversas sustancias experimentales, a punta de “Fuerza Moral”, a gran escala y velocidad. Mucha gente ya ha muerto por trombosis[4] y otras afecciones[5] provocadas por estas materias “salvadoras”. Hemos visto que los inyectados se han visto “magnetizados” o deben soportar la aparición de espontáneos ataques de variantes del alfabeto griego[6].
Sin embargo, los gobiernos siguen presentando leyes y los congresos aprobando otras, que van tejiendo todas las exigencias que tanto la ONU, como el Foro Económico Mundial y otros cientos de organismos insisten en que sean tramitadas, con un exagerada obsesión sedienta. Una carrera contra el tiempo.
Al mismo tiempo, otras millones de personas, organizaciones y gobiernos contrarios deben resistir el padecimiento de las sanciones y amenazas por no acelerar la aprobación de dichas agendas.
La Guerra Fría del siglo XXI se está desplegando como una Guerra de Cuarta Generación, con los bandos ya establecidos y ubicados en posiciones que, por estrategia, serán muy difíciles de combatir. La Soberanía de las naciones, de aquellas que logren resistir, gracias a la gran fortaleza de los ciudadanos, en contraste con los países manejados a control remoto por corporaciones y organismos privados, que ya han doblegado a ciudadanías y gobiernos débiles, fáciles de controlar, mediante la deuda y el hambre, en un esquema fotocopiado de la “Deudocracia” de Grecia.
Frente al riesgo de perder la soberanía de la nación, los ciudadanos deben estar atentos, unirse y trabajar en conjunto para evitar lo que ya han hecho con varios países, cuyos habitantes no supieron tomar las mejores decisiones a tiempo.
Los “Juegos de Guerra” continuarán, como vimos en el artículo del ejercicio de Cyber Polygon[7], que será realizado el próximo 9 de julio de 2021 y que puede suponer el anuncio de otra crisis aún mayor de lo que ya hemos vivido.
Si a usted le interesan los temas relacionados con la libertad, el derecho y la vida, es momento que pase de espectador a una posición política funcional, para salvaguardar una soberanía que es suya y no endosable hacia un tercero, menos extranjero, que no respetará a su nación ni su cultura.