“La cuestión climática” lleva décadas, muchas décadas con amenazas “terribles en tiempos acotados” y que, a la larga, nunca se han cumplido. De tanto en tanto en tanto hay tragedias, catástrofes, que azotan a países que, por sus características geográficas, siempre han estado expuestos a sufrir inclemencias del clima, como huracanes o nevazones, etc.
Procesos de despliegue cíclicos que se desarrollan en las respectivas estaciones de cada año, algunas veces con mayores o menores indicadores de medición.
Luego, mover a la población global con tanto miedo (los mainstream media normalmente exageran los hechos) hace que se provoque un estado permanente de psicosis colectiva que solo perjudica la salud de los ciudadanos, pero que beneficia a los promotores de un propuesto Estado neo totalitario ambientalista, que mediante una oscura agenda totalitaria pretende imponer medidas de existencia individual y colectiva draconianas. Si hasta el el sultán Ahmed Al Yaber, había afirmado que “no hay ciencia” que indique que sea necesaria una eliminación progresiva de los combustibles fósiles para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados.
Los Acuerdos y reuniones simbólicas se transforman en pasillos de conversaciones corporativas y estatales, a nivel global, para ir inyectando una agenda que va mucho más allá de lo meramente climático. La acción por el denominado cambio climático, parece ser solo otro Gran Engranaje del venerado “Great Reset”. Mientras el invierno sigue siendo invierno y el verano sigue siendo verano, en los puntos geográficos que corresponde, a la vez que tanto el otoño como la primavera, siguen siendo las transiciones naturales para la siguiente estación, con lógicos vaivenes de diferencias estándar, los medios de comunicación, los Estados nacionales, las corporaciones, las fundaciones y ONG´s, en conjunto con diversos organismos supranacionales, parecen estar orquestando una GRAN NARRATIVA que busca imponer a la fuerza los objetivos de desarrollo sostenible.
Cada COP, hasta la fecha, se ha convertido en una reunión para contar el cuento de “Pedrito y el Lobo”.
El problema es que, según vimos en artículos anteriores, es posible que los organismos multinacionales estén empujando el pretexto del cambio climático para imponer el nuevo sistema financiero internacional[19] (también llamado “Pacto Financiero Global” de París[20]), empobreciendo a las naciones que deberán entregar todos sus recursos financieros para adquirir Derechos Especiales de Giro y participar de esta manera en ese nuevo sistema financiero internacional.