El petrodólar se refiere al papel dominante del dólar estadounidense en el comercio global de petróleo. Esto se debe a que la mayoría de las transacciones y contratos petroleros se realizan en dólares a nivel mundial. Este sistema surgió en la década de 1970, cuando Estados Unidos y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) firmaron un acuerdo en el cual los países de la OPEP aceptaron vender su petróleo únicamente en dólares estadounidenses. A cambio, Estados Unidos garantizaba la seguridad militar de estos países.
Esta política financiera internacional implicaba que la demanda mundial de dólares aumenta debido a que los países necesitan dólares para comprar petróleo. Como consecuencia de esto, se permite a Estados Unidos financiar sus déficits comerciales y presupuestarios más fácilmente, ya que la alta demanda de dólares mantiene su valor. Por su parte, los países mantienen grandes reservas de dólares para poder adquirir petróleo.
Esto significó un nuevo cambio de las reglas del juego, desde el Acuerdo de Bretton Woods en 1944. El primer cambio dramático fue el final del patrón oro (convertibilidad del dólar en oro), en 1971.
El 17 de enero de 2023, el ministro de Finanzas saudita, Mohammed Al-Jadaan, ya anunciaba que el Estado saudita[1] está abierto a vender petróleo en monedas distintas al dólar. “No hay problemas en discutir cómo arreglamos nuestros acuerdos comerciales, ya sea en dólares estadounidenses, en euros o en riales sauditas”.
El orden mundial financiero establecido de los últimos 50 años está ahora en transición hacia un paradigma nuevo y desconocido, ya que se permitió que expirara el acuerdo del petrodólar entre Estados Unidos y Arabia Saudita el pasado 9 de junio de 2024.
Arabia Saudita busca ir más allá de una relación exclusiva con Estados Unidos, como lo demuestra el hecho de que el reino se ha convertido en uno de los miembros más nuevos del bloque BRICS.
Si bien muchos señalan la escalada de tensiones globales y el cambio de alianzas geopolíticas como el impulso para permitir que expire el acuerdo, los cambios en la dinámica de poder del mercado petrolero global también han jugado un papel crucial en este desarrollo a medida que el mundo avanza hacia fuentes de energía alternativas, pero de las cuales aún no existe total convencimiento.
El auge de las energías renovables y el gas natural han intentado reducir la dependencia mundial del petróleo durante la última década, pero la realidad dista mucho del deseo de algunas corporaciones y organismos supranacionales para lograr este objetivo.