Tiananmen y la memoria humana por el derecho a la vida
Masacre de la Plaza de Tiananmen
El partido comunista chino (PCCh) nunca ha publicado un relato completo de la violencia ejercida. Días después del 4 de junio de 1989, el PCCh anunció una cifra de muertos de alrededor de 300 personas, la mayoría de ellos soldadosión
La historia de China, como nación, es difícil de precisar. A medida que las dinastías cambiaban a lo largo de los años, cada nuevo emperador traía una nueva escritura de la historia de la nación, para que se adaptara mejor a su familia o su propio legado. Y la gente si estuvo de acuerdo o no lo sabía mejor, siendo su desarrollo en gran parte rural.
Como nación profundamente tradicional, incluso bajo el comunismo, China ha tenido dificultades para dejar atrás sus raíces históricas. Algunos argumentan que el confucianismo y su sistema jerárquico arraigaron en el pueblo chino una mentalidad a la que el comunismo pudo adaptarse y cooptar como maoísmo, una forma de comunismo claramente diferente a la que se encuentra en la Unión Soviética o incluso en Cuba.
La historia es maleable en la tradición china. Los “manchú” (bárbaros) se convirtieron en “chinos” cuando tomaron el control del país, algo que no solo les permitió gobernar, sino que les dio a los Han una justificación para reclamar a Manchuria como china, cuando la dinastía Qing llegó a su fin. El Tíbet ahora es parte de China, por lo que siempre ha sido parte de China. El Partido Comunista de China fue capaz no solo de encarnar a Mao, sino también de presentar a Sun Yat-Sen, un reformador demócrata, como un héroe.
Históricamente, China ha sabido cambiar su pasado para definir su presente.
El largo camino hacia la Plaza de Tiananmen
China es capaz de olvidar la Revolución Cultural de Mao y el Gran Salto Adelante y los millones que perdieron la vida ya sea por una matanza o por inanición. Lo quitan de los libros de historia. No lo discuten. Nunca sucedió.
Tiananmen es lo mismo. En 1989 China todavía estaba escapando de las sombras de Mao. Las reformas económicas de Deng Xiaoping estaban guiando a China desde una economía comunista hacia una más occidentalizada, pero aún con restricciones y ciertamente sin ninguna de las reformas políticas que incluye un mercado libre. Algunos dentro del PCCh querían más cambios. Simplemente fueron purgados.
El propio Deng Xiaoping se había enfrentado a una purga del PCCh dos veces. Deng era un “Long Marcher” que había luchado con Mao para ayudar a llevar al PCCh al poder. A finales de la década de 1960, durante la Revolución Cultural de Mao, Deng fue enviado a trabajar en una fábrica en la provincia de Jiangxi, pero volvió al poder en 1974 a instancias del entonces primer ministro Zhou Enlai. Zhou era un reformador, y regularmente se enfrentaba a los líderes del PCCh, incluido el propio Mao. Cuando Zhou falleció en 1976, las demostraciones públicas de duelo fueron brutalmente reprimidas en el incidente de Tiananmen. Deng volvería a ser destituido, puesto bajo arresto domiciliario. Pero con la muerte de Mao en 1976, Deng pudo solidificar su respaldo dentro del PCCh y levantarse una vez más dentro del partido y China.
Con el ascenso de Deng vinieron reformas económicas que sacaron a China de la cuneta económica y la llevaron a convertirse en lo que es hoy, una potencia en el escenario mundial. Las reformas de Deng pudieron aprovechar los recursos naturales de la nación de una manera que Mao nunca había podido. Pero con el relajamiento de las restricciones económicas llegaron empujones de ambos lados.
300... 3000... 10.000... o más
Pavel Stroilov, un historiador ruso que tuvo acceso a archivos soviéticos secretos, durante la era de Mikhaíl Gorbachov, que consiguió llevarse gran parte de ellos al exilio en Occidente, cita que las cifras de muertos, según los datos de inteligencia de la antigua Unión Soviética para este triste evento, superarían las 3,000 personas.
Ese 4 de junio de 1989 en la plaza más grande del mundo (la de Tiananmen) sucedió la culminación de un movimiento popular valiente, que exigía libertad y gobierno democrático. Con ese espíritu se realizaron las manifestaciones masivas a nivel nacional en más de cuatrocientas ciudades chinas, que duraron más de siete semanas de dicho año.
La principal motivación de las demandas del pueblo chino en 1989 fue la noción de que la liberalización económica equivalía a la ampliación de los espacios sociales políticos y civiles, es decir libertad. Después de todo, esa era la misma premisa lógica formulada por los políticos y la comunidad empresarial de las democracias del mundo, especialmente de Estados Unidos.
Cabe recordar que el medio ambiente internacional en esos años se caracterizaron por la caída en serie de decenas de regímenes dictatoriales en el planeta. Era “natural” que las expectativas de los ciudadanos se sintieran en posición de reclamar por una mayor apertura, tal como había sido el caso de la misma Unión Soviética, con la “Perestroika” y la “Glasnost”. Incluso, pudimos ver la caída del nefasto “Muro de Berlín” en octubre de ese mismo año. El mundo vivía los últimos días de la “guerra fría”.
La búsqueda legítima de la libertad por parte de la sociedad china era una aspiración inteligente, con la esperanza de establecer un régimen cercano a la gente y mejorar las relaciones del gobierno chino con occidente.
El pueblo chino sabía que el comunismo soviético se estaba desmoronando. Habían síntomas de sobra para creer que existía una puerta por cruzar hacia una sociedad libre. Sin embargo, la mayoría de los marxistas chinos, en el poder, ya habían tomado la decisión calculada de mantener su modelo económico y las consiguientes relaciones de producción, con fines de supervivencia del régimen y no por preocupaciones humanitarias de su pueblo.
Aquel 4 de junio de 1989 los comunistas estaban decididos a poner fin a todos las malas interpretaciones sobre lo que debía ser el “modelo chino”. El Estado leninista, con su ideología oficial marxista-maoísta era inmutable y las actualizaciones económicas eran simplemente para reforzar la hegemonía del partido comunista en el poder.
El Ejército Popular de Liberación movilizó en la plaza de Tiananmen, ese día en Pekín, más tropas que las desplegadas en otros eventos de carácter de tensión fronteriza con la Unión Soviética, india o Viet-Nam. En lugar de las habituales divisiones regulares de infantería, utilizaron en su mayoría, batallones de élite para perpetrar la infame masacre. Se dispuso de la más feroz de las estrategias bélicas del comunismo chino para concretar la matanza de más de 3,000 manifestantes civiles desarmados. La mayoría eran jóvenes.
Mientras tanto, el mundo occidental se limitó a observar sin mayores reclamos un crimen masivo de lesa humanidad, cometido aquel día en la Plaza de Tiananmen.
Como indicamos anteriormente, existía la creencia de que el mundo estaba siendo testigo del desvanecimiento del comunismo, por las noticias que estaban llegando desde la URSS y los países satélites de la llamada “cortina de hierro”, que también estaba desviando la atención moral de la comunidad occidental.
El partido comunista chino dio un zarpazo sanguinario a su pueblo. Tan rápido que no dio oportunidad para que la comunidad internacional tuviera tiempo y espacio para desarrollar una acusación de condena de mayor proporción. Simplemente pasó como una noticia impresa en diarios del 5 de junio de 1989 y el resto se lo llevó el calendario.
No existe la censu***
En ese momento, el gobierno chino consideró la protesta en Tiananmen como antirrevolucionaria, como una amenaza para su poder. Si bien se han hecho algunos intentos para rehabilitar la imagen de China, en ningún momento el PCch se ha dignado a analizar lo que sucedió en Tiananmen. Hasta el día de hoy a los jóvenes chinos no se les enseña lo que sucedió. Sencillamente se pasa por alto.
A pesar de la internet en todo el mundo, el PCch lucha por mantener en secreto esta masacre, al menos en su territorio. Y si puede, en el extranjero también.
Ya en 2021 las denuncias de censura continúa. El mismo viernes 4 de junio, 32 años después de la matanza, el buscador Bing fue señalado como factor de complicidad del partido comunista chino, luego de que muchos internautas acusaran que ante la búsqueda de “Man Tank” no diera resultados en las imágenes. Según un comunicado de la empresa, se debió a un error humano de personal de la compañía. Se sabe que China exige que los motores de búsqueda que operan en su jurisdicción censuren los resultados, pero esas restricciones rara vez se aplican en otros lugares.
Las restricciones sobre la libertad de expresión del PcCh se extienden a lo largo y ancho del planeta, haciendo dudar sobre aquellos gobiernos de países que supuestamente son libres y soberanos. Parece que la asociación entre el partido comunista chino, gobiernos débiles y otras corporaciones cómplices que hacen negocios con el mismo sanguinario régimen chino no se ajustan a los ideales occidentales de la libertad. Esta es una situación que hace incomprensible el actual escenario político internacional.
República Impopular
Los países de occidente no deben perder de la memoria este triste evento, porque es un mal indicio para las intenciones de parte de la comunidad internacional que ven en el modelo del partido comunista chino un modelo “digno de replicar” en todo el mundo. Basta recordar los exagerados elogios que el mismo fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Shwab, emitió para alabar al líder comunista chino Xi Jinping, en el marco de la apertura 2021 del Foro de Davos, principal evento del “Great Reset“.
Admiraciones de esta clase provocan serias dudas acerca de los objetivos reales que los asociados al Foro Económico han aceptado ejecutar, en paralelo a la famosa Agenda 2030 promovida por Naciones Unidas.
Incluso, parece una amenaza muy peligrosa para la humanidad.