La agenda de la doctrina del shock

La agenda de la doctrina del shock

“La Doctrina del Shock” analiza la estrategia de manipulación que utiliza el poder político y económico ante situaciones de crisis para imponer políticas radicales y tomar el control


Es importante que los ciudadanos estén alerta y críticos ante estas tácticas. Es fundamental analizar y cuestionar las narrativas y discursos gubernamentales, buscando información objetiva y contrastando diferentes fuentes, teniendo especial cuidado con las fuentes que los mismos gobiernos y os medios manejados por las grandes corporaciones ofrecen, dado que existe una reconocida colusión para ensamblar una narrativa única que, repetida miles de veces al día puede resultar ser apocalíptico.

"Estamos en guerra, señores... y no ha terminado la guerra..."

Chile celebra o conmemora los 50 años desde el lamentable golpe de estado de las fuerzas armadas contra le gobierno de Salvador Allende, en 1973.

Distorsionar el contexto de los hechos, la forma y el fondo, constituye un golpe contra la honra de la ciudadanía. Después de estas cinco décadas, los villanos no eran tan villanos ni las víctimas eran tan inocentes. Al final de los 50 años, aparentemente, son todos culpables.

Lamentablemente, la incidencia de gobiernos extranjeros para manipular la ejecución de una agenda ajena a los intereses de los ciudadanos locales, sigue siendo un deporte practicado por un puñado de personajes de familias de elite y de un conjunto de organismos y clubes supranacionales que operan para salvaguardar los intereses de aquella iluminada elite globalista.

No hay mal que dure 50 años, ni cristiano que lo aguante.

La agenda errante, la agenda perfecta

La política exterior imperante en la era de la guerra fría, fue muy intensa, haciendo creer que los otros eran los malos y no ellos. Y resulta que los otros eran los que estaban al otro lado del muro de Berlin. El mundo dividido, con unos Fideles por acá, unos Honeckers por allá, unos Kennedys o Kohl por aquí, como también uno que otro Perón o Pinochets entre medio.

Y el mundo se jugaba en un tablero de ajedrez, entre rojos y azules. Incluso llevado hasta el extremo de la adversidad, cunado Bobby Fischer enfrentó a Boris Spassky, durante la definición del campeón de ajedrez en 1972.

Esa filosofía de vida era la predominante en el planeta, separando continentes, países y hasta familias. El shock de la amenaza nuclear o de los capitalistas por un lado y los comunistas por otro, eran motivos de discusiones en todos lados.

Hasta que “Gorby” (nickname que apodaron a Mikhail Gorbachev) comenzó a girar inesperadamente, tras el desastre de Tchernobyl, en 1986. La profunización de la “Perestroika” y la “Glasnost” fueron liquidando esa cutltura de división, para ir preparando el camino hacia un nuevo mundo, que ya en 1989 anunciaba Francis Fukuyama, tanto en su famoso artículo, como en u libro: “El fin de la historia”.

Casi todos los regímenes del pacto de Varsovia y sus amigos comenzaron a derrumbarse como línea de dominó. la amenaza del comunismo internacional se estaba diluyendo y ahora, aquellos países que eran enemigos del mundo libre, comenzaron a adoptar las políticas de mercado. En poco tiempo, millones de personas fueron condenadas a sufrir hambre y miseria por esa causa, haciendo que los países sufrieran el remate de sus recursos naturales, complejos de producción industrial. propiedad intelectual de bienes o procesos científicos de alta complejidad. Todo adquirido pro las grandes corporaciones y organismos de inteligencia militar de las potencias vencedoras.

Ya habían otros actores en el mercado global y era una gran oportunidad para hacer oro de la nada. Todo este ambiente de los años 1990´s fue denunciado por el economista Joseph Stiglitz en su obra “El malestar de la globalización“.

Como ya no había una gran amenaza global, la industria del complejo militar industrial (denunciado en 1961 por el ex presidente de USA D. Einsenhauer) no tenía cómo aumentar sus ingresos y los accionistas principales se comenzaron a impacientar, buscando nuevos nichos de mercado en el planeta. Mantener un estándar de vida digno de la realeza suele ser algo caro. Y los señores de la guerra lo saben.

El mundo se estaba comenzado a a volver muy caro para aquellos.

¿Cómo encontrar un nuevo plan de negocios para satisfacer los intereses de unos pocos dueños del gran capital global?

La respuesta les tomó algunas décadas y se  tuvieron que valer de mucho talento y poder, para encontrar la fórmula perfecta.. hasta ahora. Pero veamos algunas herramientas que sion útiles para estos fines. A fin de cuentas, Machiavelo lo transformó en máxima: “El fin justifica los medios”.

La doctrina del shock

“La Doctrina del Shock” analiza la estrategia de manipulación que utiliza el poder político y económico ante situaciones de crisis para imponer políticas radicales y tomar el control. La autora argumenta que a lo largo de la historia, aquellos que buscan implementar reformas impopulares han aprovechado momentos de crisis y confusión para imponer su agenda. Esta táctica, según Klein, se conoce como “la doctrina del shock”. Es la herramienta perfecta para imponer forzadamente medidas dictatoriales, en un caso extremo, que de otro modo no sería posible ejecutar frente a una ciudadanía soberana. Se caracteriza por operar de una manera metódica y sistemática en el transcurso del tiempo, tal como Naomi Klein lo explica:

1. El uso de la crisis como ventana de oportunidad: Klein sostiene que las crisis (como desastres naturales, guerras o ataques terroristas) crean un estado de shock colectivo que genera miedo y confusión en la sociedad. Los gobiernos y las élites aprovechan este estado para implementar reformas económicas y políticas impopulares sin enfrentar una resistencia significativa.

2. Privatización y desregulación: La autora argumenta que las crisis se utilizan como pretexto para privatizar servicios públicos, reducir regulaciones y dejar libre paso al libre mercado. Esto beneficia a grandes corporaciones y elites económicas, mientras se perjudica a la clase media y a los sectores más vulnerables.

3. Terapia de shock: Klein examina cómo se han utilizado diversos métodos para mantener la población en estado de shock, como la tortura, el terrorismo de estado y las políticas de seguridad extrema. Estas estrategias generan miedo, apatía y conformidad, facilitando la implementación de medidas impopulares.

“La Doctrina del Shock” concluye que la manipulación de la crisis se ha convertido en una herramienta poderosa para el poder económico y político. Klein sostiene que la sociedad debe estar alerta y resistir estas tácticas autoritarias, y busca inspirar el cambio hacia una política basada en la solidaridad, la democracia y la justicia social.

Si nos detenemos a pensar unos momentos, en efecto, podemos ir corroborando que es así la forma en que los “tomadores de decisiones”, tanto públicas como privadas, han ido ejecutando una agenda convenida desde las directrices mancomunadas de organismos supranacionales, desde el Vaticano hasta las cámaras de comercio de los países. Y la manera que han ido empujando forzadamente esta agenda, obedece a la figura de la “Doctrina del Shock”, vía amenazas climáticas, sanitarias y un largo etcétera que ya es redundante detallar. La intención, a estas alturas, consiste en ayudar al lector a tomar consciencia de los hechos que, a primera vista parecen aislados, pero que en conjunto conforman un cuadro de funciones geopolíticas y geoeconómicas que concurren en sincronía, para cubrir todo un espectro narrativo “creíble” y extorsionante, para ablandar a la denominada opinión pública” (los ciudadanos” y cedan progresivamente porciones de soberanía que se conceden indistintamente a los organismos estatales o supranacionales que toman el control de las políticas nacionales, por un supuesto “interés superior”. Es aquí cuando cabe preguntarse: ¿Realmente para el interés superior de quiénes?

La "dialéctica hegeliana"

Otra “herramienta” de manejo de masas, la constituye “la dialéctica hegeliana”, que es un concepto desarrollado por el filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel.

En términos generales, postula que el desarrollo de la idea o de la realidad se produce a través de un proceso dialéctico en el que una tesis se enfrenta a su antítesis, y de la confrontación de ambas surge una síntesis que representa una etapa superior.

En el contexto político, la dialéctica hegeliana puede ser utilizada por los gobiernos como una estrategia para mantener y consolidar su poder. En este caso, los gobiernos pueden crear una crisis o exagerar una existente con el fin de generar un sentido de urgencia y miedo en la población. Este miedo es utilizado como una herramienta para persuadir a los ciudadanos de que acepten medidas o políticas impopulares que, supuestamente, serán la solución a esa crisis.

En este sentido, los gobiernos pueden presentarse como los únicos capaces de gestionar la crisis y tomar las decisiones necesarias para resolverla, aprovechándose del miedo y la incertidumbre de la población. Al mismo tiempo, pueden desviar la atención y evitar la responsabilidad sobre la creación de la crisis en primer lugar, manipulando la información y utilizando discursos y narrativas que oculten su propia responsabilidad.

Esta estrategia es especialmente efectiva en momentos de vulnerabilidad y descontento en la sociedad, donde los ciudadanos están buscando soluciones y liderazgo. Al utilizar la dialéctica hegeliana, los gobiernos logran legitimar sus acciones y mantener el control sobre la población, incluso cuando sus políticas y acciones pueden tener consecuencias negativas a largo plazo.

Es importante que los ciudadanos estén alerta y críticos ante estas tácticas. Es fundamental analizar y cuestionar las narrativas y discursos gubernamentales, buscando información objetiva y contrastando diferentes fuentes, teniendo especial cuidado con las fuentes que los mismos gobiernos y os medios manejados por las grandes corporaciones ofrecen, dado que existe una reconocida colusión para ensamblar una narrativa única que, repetida miles de veces al día (tal como lo recomendó Joseph Goebbels, el ministro de propaganda del III Reich) basta para asentar una mentira como una verdad irrefutable ente la población, con miedo e ignorancia. Permaneciendo atentos a estas falsas narrativas de shock y caos, podremos evitar caer en la manipulación y exigir transparencia y rendición de cuentas a nuestros gobernantes.

En resumen, la dialéctica hegeliana aplicada por los gobiernos en contra de los ciudadanos busca engañar y manipular a la población mediante la creación de crisis y la implementación de políticas supuestamente necesarias para resolverlas. Es fundamental mantener una actitud crítica y estar informados para no caer en estas tácticas y exigir transparencia y responsabilidad por parte de nuestros gobernantes.

Como vemos, este modelo de gobierno local se ha venido replicando por décadas y siglos.

Los actos de emergencia y alarmas globales se han ido imponiendo de esta manera, gracias a la manipulación de los gobiernos locales. Ya hemos ido advirtiendo sobre las nuevas alarmas en artículos anteriores.

Presente y Futuro

El relato de la agenda es mucho mayor de lo que aquí podemos proyectar. De hecho, por algo se han reunido todos los organismos supranacionales, gobiernos, instituciones estatales, cámaras de comercio, corporaciones, fondos de inversión, fundaciones de importantes filántropos, redes sociales de la big tech de Silicon Valley, la banca internacional, organismos deportivos, organismos y laboratorios de salud, organismos religiosos y un largo etcétera extenso de detallar, que han adherido a esa agenda de desarrollo sostenible, basada en las narrativas ya conocidas y practicada mediante las herramientas de manipulación social aquí comentadas.

Estamos viviendo algo más que solo la transición a la cuarta revolución industrial o el alcance de la agenda 2030.. lo seguiremos sufriendo intensamente hacia el futuro.

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