La Gran Oportunidad

La Gran Oportunidad

Ante la gran tragedia, la gran oportunidad


El mundo, bajo estado de golpe global, sufre las inclemencias de una clase política y corporativa que conjuntamente han levantando una catástrofe que ha mostrado su cara más feroz, gracias al talento “desctructivista” de aquellos

Hace exactamente un año, el Prof. Klaus Schwab presentaba ante la sociedad global su obra: “The Great Reset“, donde con mucho orgullo plantea que esta terrible panedemi constituye una gran oportunidad que debemos aprovechar para un reinicio y reconstruir todo mejor.

Una obra que, en síntesis, tiene toda la hoja de ruta y los conceptos necesarios para entender lo que ya están haciendo los gobiernos y corporaciones del mundo para “salvar al planeta” de todas las amenazas que lo asolan, junto con acoplarse a la Agenda de Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

Bien conocemos el camino recorrido hasta hoy. Basta con echar un simple vistazo a diversos indicadores para conocer de tal magna oportunidad.

En este mes de junio de 2021 las sociedades están sintiendo con fuerza brutal los efectos de este gran reinicio. También presenciando que las grandes corporaciones y sus propietarios se están beneficiando en niveles históricos de esta tragedia.

Las circunstancias de las familias son muy adversas y a este ritmo, las proyecciones son poco auspiciosas, incluso si los gobiernos comienzan a pagar la denominada “Renta Básica Universal”, sugerida por la misma Agenda.

Sin embargo, no es tiempo de llorar. La humanidad ha resistido toda clase de amenazas en su historia. Consideremos que hasta han sucedido dos grandes guerras mundiales, incluyendo las finales bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Todo esto en poco más de 100 años.

Si bien el costo en vidas humanas ha doloroso, además del costo material que acompaña a estas desgracias, por alguna razón estamos aquí compartiendo esta editorial.

Es algo que ni toda la inteligencia artificial, las cadenas de bloques ni las “big data” podrán alcanzar a imaginar ser. Y, en efecto, se trata del hecho del “Ser Humano”. Una condición sine qua non, imposible de ser replicada a la perfección o emulada en tu totalidad. Y es precisamente esa capacidad humana lo que nos llevará a proseguir con un orden superior del sistema de los agentes que ocupan este planeta.

Podrá existir un ejército global de Schwab y foros corporativos operando de modo sincronizado en términos políticos, económicos y sociales. Sin embargo, están subestimando la grandeza con la cual el ser humano ha sido dotado por naturaleza. Algo que el mismo Adam Smith reconoció en “La Riquezas de las Naciones”, cuando se refería a esa mano invisible que buscaba el acuerdo de voluntades entre oferta y demanda, con libertad.

Ese fenómeno que representa el mercado, cuando las personas transan y reconocen el valor relativo de los bienes y servicios que son capaces de generar e intercambiar.

Y el espíritu derivado de dichos intercambios hacen que los habitantes del planeta sean capaces de levantar una nueva ola de fortalezas para contrarrestar las profundas amenazas y aprovechar las nuevas oportunidades que las personas pueden afrontar con talento y condiciones de adaptación que no precisan de contratar superservidores de inteligencia artificial ni big data. La condición natural del Ser Humano lo puede colocar por sobre las amenazas y llevarlo a saltar hacia nuevos espacios por encima y lejos de donde burócratas y corporaciones quieren colocar a la especie humana.

Más pronto de lo que imaginamos seremos partícipes de la genialidad fantástica que nosotros, la gente, seremos capaces de realizar para combatir la ya absurda incapacidad estatal y la corrupta acción de las transnacionales.

La condición humana, por su naturaleza fue, es y seguirá siendo libre. Por mucho que hayan sucedido regímenes sanguinarios y crueles de dictadores y emperadores degenerados, a pesar de todo, las personas en el largo plazo lograron resistir y superar las adversidades de la historia.

El hecho de contar con la mayor dotación de tecnologías que el ser humano ha conocido en su historia, no implica que la humanidad debe desaparecer.

Las condiciones innatas de la especie humana están intactas y bastarán para vencer a las fuerzas oscuras que están detrás de este gran golpe global que es incapaz siquiera de manejar un escenario que ya luce como inverosímil, desde todos los puntos cardinales que se le observe.

Cada persona que despierte en el tiempo, será capaz de encontrar al menos una oportunidad y valorizar lo que sea necesario para saltar esta época de oscuridad.

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